Ataque a la libertad de expresión?

sábado, 21 de febrero de 2009
En los últimos meses vimos la victimización pública de un periodista como Nelson Castro al cual, en una decisión empresaria le levantaron el programa que tenía pautado para 2009. Son varios los interrogantes que se plantean al respecto y es difícil poder pararse de un lado de la linea. Quienes me conocen saben que soy bastante crítico de las políticas de este gobierno pero en este caso puntual creo que se lo está atacando de más.
Hay dos tipos de libertades en juego, la libertad de expresión por un lado y la libre disposición de una empresa privada de medios de su personal y contenidos. Ahora bien, si yo contrato a un periodista que en el programa que yo le financio me critica a mi o pone al aire gente que me denuncia y me denosta (con razón o sin ella), es una verdad de perogrullo que tendré que tomar cartas en el asunto y decidir al respecto. No es un ataque a la libertad de expresión manejar mi empresa como mejor me parezca. No se trata de silenciar a un periodista opositor. Si el mismo Nelson Castro (empleado del grupo Clarín) hubiera denunciado en el mismo diario o en su programa de TN al monopolio Clarín y como este afecta al periodismo, entre otras tantas cosas que afecta, sin duda a nadie le hubiera sorprendido que Clarín lo hubiese echado. Nadie se hubiera rajado las vestiduras al respecto y podría solamente hablarse del coraje de Castro para hablar mal de sus contratantes. No entiendo la desviación en el eje de la discusión en este caso. A favor de Castro podría decirse que la operación en realidad esconde una maniobra para silenciar un periodista de marcado perfil opositor y que es el gobierno el que esta detrás de la maniobra (cosa que doy por descontado cierta). Igualmente en ese escenario el error lo comete Castro que puso su cabeza solito en las fauces del León hambriento y todopoderoso que es el gobierno K, dándole un motivo para ser despedido, aunque en ese caso lo llamativo sería que si lo querían despedir para que lo contrataron en un primer momento (con el costo que lleva la indemnización por despido). Por todo esto creo que es erróneo tratar a Castro como una víctima o un paladín del periodismo independiente ya que históricamente trabajo para medios con muchas más manchas que las que tiene Electroingenieria y sin embargo jamás se le oyó un embate contra sus contratantes.
Todo esto a pesar de que el Sr. Nelson Castro me parece un periodista serio y respetable que esta intentando capitalizar un error que el cometió y que a todas luces no se trata de silenciar la libertad de expresión.
Por todo esto es que creo que a las cosas hay que llamarlas por su nombre, al pan pan y al vino vino.

1 comentarios:

El Tano dijo...

Excelente reflexion. Estoy de acuerdo de principio a fin.

y aprovecho la ocasion para invitar a Señores periodistas que hoy en dia se dedican al abuelasgo y se los extraña.

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